miércoles, 30 de mayo de 2012

Llegué tarde


            
            ¡Hola, aventureros! ¿Quieren saber qué pasó cuando llegué tarde?

            Les cuento que hace un par de semanas me cogió el día, e iba tarde para el trabajo. Tenía que llevar al pollo mayor a la escuela, y lógicamente tenía prisa.

            Al llegar a la escuela, no encontré estacionamiento donde siempre, así que tuve que buscar otra opción, que fue hasta mejor. Cuando caminaba con el pollo hasta la entrada, bajó mi estrés, y ya no pensé en otra cosa que no fuera en abrazarlo. Así que le dí su beso y un abrazo de oso. Ya no había prisa ni ansiedad de camino al trabajo; me sentía aliviada.

            Me quedé pensando sobre esto, y así surgió esta entrada. Recordé la canción de Juanes, “Un día normal”, que siempre me ha encantado desde que la escuché, porque dice una gran verdad. Esta habla sobre apreciar las cosas y las personas, pues nunca lo hacemos hasta que las perdemos.

            Es necesario que saquemos un ratito cada día para agradecer lo que tenemos, y para compartir con nuestra familia, porque tanto ellos como nosotros podemos dejar de existir en cualquier momento.

            Los niños no sólo necesitan que les suplamos sus necesidades básicas y tener cosas materiales; lo que más necesitan es tiempo y amor. No importa lo que estemos haciendo, y sé que casi siempre nos buscan cuando estamos más ocupados, tenemos que atenderlos. Lo que para nosotros puede ser una tontería, para ellos es el mundo.

            Hay que hacer pausas en nuestra vida, para poder seguir adelante. Como dice un refrán: “hay que detenerse y oler las rosas.” Tenemos que obligarnos a salir de la rutina y el ajoro, pues vivimos en piloto automático.

            Ese día llegué tarde, pero llegué contenta. Como alguien me ha dicho: “aunque llegues tarde, lo importante es que llegues.”

            Comparto con ustedes un video de la canción. Espero que les guste, y me cuenten sus anécdotas de tardanzas y pausas.

            Hasta la vista, baby!


miércoles, 9 de mayo de 2012

Pedacitos de ti



            Buenas noches, aventureros. ¿Qué cuentan?

            Pedacitos de ti...¿a qué me refiero? A la canción “Estoy hecho de pedacitos de ti”, que es de otro cantautor español que me encanta, Antonio Orozco. Esta puede ser interpretada como una de amor de pareja, pero también podría hablar sobre el amor de un hijo hacia su madre.

            Dicen que la madre es lo más grande. ¡Definitivamente! Nada puede igualar ese amor incondicional, ese sacrificio, esa entrega, ese ¡todo! Quizás no lo entendemos hasta que nos convertimos en padres. Podemos diferir de las opiniones de nuestras madres, y hasta porfiarlas, pero luego nos damos cuenta y tenemos que aceptar que ellas tienen la razón. Si nuestras madres dicen algo o nos dan un consejo, es por algo; su sabiduría es grande, y lo que han vivido no ha sido en balde.

            Les cuento mi experiencia.  Mi madre, al igual que mi padre, es uno de los pilares de mi vida. Ella me ha enseñado tanto; quizás hasta más de lo que puedo entender. Siempre fui muy apegada a ella. No entiendo cómo algunas personas pueden mantenerse incomunicadas con sus madres, porque yo tengo que hablar con la mía todos los días.

            Mi madre es fuerte; más fuerte de lo que yo creo ser capaz. Ella quedó viuda con dos niños cuando era muy joven, y salió adelante. Quisiera ser tan buena madre como ella. Ella siempre, al igual que mi padre, me alentó a alcanzar mis metas.

            Ahora que soy madre, he entendido que no somos perfectas, pero damos todo por nuestros hijos. No juzgues a tus padres, pues ellos también se equivocan. Ningún hijo viene con un manual de instrucciones, pero somos su creación y su taller.

            Acepta y valora a tu madre si la tienes, y respeta su opinión, aunque no estés de acuerdo con ella. Toda madre lo que quiere es lo mejor para sus hijos, aunque a veces su perspectiva es muy diferente a la de ellos. Si tienes alguna diferencia con ella, llámala y/o visítala hoy y resuélvela, pues la vida es muy corta como para perder el tiempo y lamentarse después. No lo dejes para orita; el momento es ahora.

            Comparto el video de la canción que le da título a esta entrada. Una fan le preguntó en un chat a Antonio qué lo inspiró a escribirla, y este le contestó: “Mírate al espejo, hazlo fijamente y busca los pedacitos de todos aquellos que pasaron por tu vida, tu madre, tu novio, tus amigos; en fin, somos parte de todos aquellos que queremos.”

Dios me bendijo con dos grandes regalos, mis padres, y por eso le agradezco infinitamente. Soy todo lo que soy por ellos.

Esta entrada es dedicada a todas las madres en su día; en especial a la mía, a la que le debo todo lo que soy. Mami, gracias por todo; estoy hecha de pedacitos de ti.