¿Qué tal su día, aventureros? Continuamos durante el
mes de marzo, mes de la mujer, con temas dirigidos a nosotras, aunque siempre
hay algo con lo que los hombres pueden identificarse.
Hoy
vengo a hablarles de la codependencia, que es definida como una condición
psicológica en la cual alguien manifiesta una excesiva, y a menudo inapropiada,
preocupación por las dificultades de alguien más. Lamentablemente, esto es algo
muy común en las mujeres, que se aferran a un hombre, y hasta creen que pueden
cambiarlo sólo por amarlo.
He visto
situaciones como ésta, donde una mujer lo da todo por un hombre, para terminar
quedándose sola y deprimida. Las relaciones conllevan esfuerzo, pero no deben
limitarte como persona. No podemos respirar a través de otra persona, ni
obligarla a que nos quiera. Debemos tener una vida propia, pues nuestra
felicidad no depende de otra persona, sino de nosotros mismos.
Varios escritores
han hablado sobre esto; entre ellos, Robin Norwood y Walter Riso. La primera publicó un
libro llamado “Las mujeres que
aman demasiado”; el segundo, “¿Amar
o depender?”.
La Sra. Norwood indica que cuando las experiencias de
nuestra niñez han sido dolorosas, frecuentemente nos vemos impulsadas, en forma
inconsciente, a recrear situaciones similares durante toda la vida, en un
impulso de obtener el control sobre ellas. Ella dice “Cuando estar enamorada significa
sufrir, es que estamos amando demasiado. Cuando la mayoría de nuestras
conversaciones con amigas íntimas son acerca de él, de sus problemas, ideas,
acciones y sentimientos, cuando casi todas nuestras frases comienzan con él, es
que estamos amando demasiado. Cuando disculpamos su mal humor, su indiferencia
y sus desaires e intentamos justificarlo o incluso convertirnos en su
terapeuta, es que estamos amando demasiado.” En este libro, Robin Norwood ayuda
a las mujeres adictas a esta clase de amor a reconocer, comprender y cambiar su
manera de amar.
Encontré varias frases interesantes del Sr. Riso; entre ellas:
·
“Entregarse afectivamente no es desaparecer en el
otro, sino integrarse respetuosamente. El amor sano es una suma de dos, en la
cual nadie pierde.”
·
“La desesperada necesidad de aprobación siempre esconde una muy baja autoestima,
la cual se intenta compensar. La aceptación afectiva,
para las personas que sustentan este estilo, es cuestión de vida o muerte. Es el aire que los mantiene vivos.”
·
“Es muy difícil amar a un ser que se doblega para
obtener afecto. Un amor indigno es
una forma de esclavitud. Y los dueños nunca aman a sus esclavos; los explotan o
se compadecen de ellos.”
·
“Toda dependencia o adicción enferma, castra,
incapacita, elimina criterios, degrada y somete, deprime, genera estrés,
asusta, cansa, desgasta y, finalmente, acaba con todo residuo de humanidad
disponible.”
·
“Cuando traspasas los límites del amor y te metes en
terreno de la humillación, ya no es amor:
es esclavitud, es adicción.”
La codependencia
es una forma de manipulación. Tenemos que romper esas cadenas, para poder ser
nosotras mismas y no el molde que le gustaría a otra persona. La Sra. Norwood indica
que “Las mujeres que aman
demasiado pueden recuperarse cuando descubren la capacidad de amarse a sí
mismas". Definitivamente tenemos que amarnos antes de poder amar a
otro. Si no hay autoestima, podemos llegar a convertirnos en marionetas de
otros, y hasta ser maltratadas y abusadas.
Comparto con
ustedes el video de la canción “Miedo” de Pablo Alborán. Este cantautor español
me fascina, y me dejó pensando desde que escuché esta canción por primera vez.
Lo que más me gusta de ella es que él habla de cómo el rechazo de esta mujer le
afecta, pero aprende de esta experiencia y se levanta. Al final, dice que ya no
tiene miedo, y así quería terminar esta entrada; con una nota positiva. La
codependencia puede superarse; hay que buscar ayuda, pero es posible aprender a
quererse a sí mismo antes que a otra persona.
Quiero agradecerles por la oportunidad de compartir
mis ideas con ustedes. Este es mi granito de arena para el mundo. Espero que
les guste, y que me comenten.
Gracias
por escuchar. Un abrazo.
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