¿Cómo están, aventureros? Vamos a hablar del
ruido.
El ruido...a veces nos molesta; otras, nos hace
falta. Pero, ¿cómo sería nuestra vida sin él?
Hay personas que dicen que no pueden
concentrarse, ni mucho menos estudiar, si no están en silencio absoluto.
Otras, necesitan el ruido de un radio, una televisión o un abanico
hasta para dormir. Nos guste o no, el ruido es parte de nuestra vida, y se
puede hasta meditar aunque él esté. Yo tampoco creía que esto fuera posible,
hasta que fui a una clase de yoga en el parque, y el maestro nos enseñó a
hacerlo. ¿Cómo? Escuchando cada sonido a nuestro alrededor primero, y luego
buscando un hueco dentro del ruido. Para lograrlo, tienes que enfocarte en lo que estás haciendo, y
dejar de fondo lo demás. Yo pude hacerlo, y es algo maravilloso.
Existen ruidos que son
parte de nuestras vidas, desde la alarma para levantarnos hasta el sonido de
nuestro celular. Hay uno que es muy especial para los que somos padres, y es el
de nuestros hijos. ¿Qué sería de nosotros sin su risa y su voz? Nada sería
igual, ¿verdad? Cuando ellos no están, y llegas a tu casa, la casa se siente
vacía, sin vida ni color. Esto es porque ellos le dan esa chispa, con sus
travesuras y juegos. Todos los que tenemos niños pequeños sabemos que, si están
en otra parte de la casa y no los escuchamos, o están concentrados en lo que
están haciendo, o pasó algo; por eso hay que estar pendiente. Una mujer, desde
que se convierte en madre, puede desarrollar el sentido del oído, y escuchar
hasta los suspiros de su bebé.
El ruido es necesario
en nuestras vidas, desde la música hasta nuestras voces. ¿Imaginas una película
sin “soundtrack” (banda sonora)? La música es lo que te va expresando cada
emoción, desde alegría hasta suspenso.
Comparto el video de la canción por la que nació
esta entrada, “El ruido”, de David Bisbal. Hay varios videos de él llorando
cuando la canta, pues es como si hablara de la ausencia de su hija, tras la separación de su
madre.
No digo que el silencio
no sea agradable de vez en cuando, pero si me dieran a escoger, preferiría el
ruido. Mi sonido favorito es la risa de mis pollos.
¿Cuál es el tuyo?